El festival Sónar inicia su edición más controvertida
La cancelación de Matthew Herbert manifiesta la fragilidad de un cartel recompuesto en medio de una crisis de reputación

El Sónar afronta su 32ª edición, la llamada a estar protagonizada por la despedida, quién sabe si definitiva, de la Fira de Montjuïc de Barcelona para albergar las actividades diurnas. Pero la masacre perpetrada por Israel en Gaza y la propiedad del festival por parte de KKR, fondo de inversión proisraelí con intereses inmobiliarios en la franja, han dinamitado el panorama, ahora marcado por las cancelaciones que en forma de goteo han obligado al certamen a buscar sustitutos de última hora.
Entre ellos están ARCA, artista de relevancia que hace días se descolgó del festival, y sin que haya habido comunicados oficiales anunciándolo; artistas pequeños como Ouineta, joven promesa urbana catalana, y Matthew Herbert, una figura con más peso en el cartel. Ello deja la puerta abierta a que las cancelaciones continúen incluso con el festival a punto de comenzar. Lo hará este jueves en un ambiente de incertidumbre marcado por las protestas que puedan desarrollarse, lo que está generando un problema de reputación en el festival, que se había ganado una sólida imagen basada en una impecable comunicación pública, precisamente lo que más ha fallado en la crisis. El desenlace, al menos inmediato, se verificará en los próximos días.
Aun con todo, el Sónar mantiene gran parte de su cartel y estos son algunos de los nombres interesantes del mismo.
Panorama nacional diurno
El Sónar siempre ha prestado espacio al talento local, cediendo espacios más allá de las primeras horas, cuando hay menos público y el protagonismo de los artistas es menor. Como también es habitual, este año se presentan algunas producciones que se estrenarán en el festival. Algunas de ellas, y en una muestra de la apertura estilística que marca el certamen, son la auspiciada por el Taller de Músics con Chano Domínguez colaborando con el productor de electrónica angulosa y áspera Bronquio en honor de Paco de Lucía, bajo el título de Calle Barcelona, con jazz, flamenco y electrónica recuperando el nombre de la calle de Algeciras en la que vivió el guitarrista. María Arnal, una asidua del certamen, también presentará su nuevo proyecto, Ama, basado como en ella es costumbre en la hibridación de la tradición con las nuevas herramientas contemporáneas y la indefinición de las fronteras entre diversas disciplinas, siempre destacando su voz.
Otro estreno con regusto flamenco será el protagonizado por el reputado músico y productor Refree, en este caso al alimón con la heterodoxia de El Niño de Elche, en un encuentro entre dos personalidades pautadas por la inquietud y la búsqueda de nuevos espacios expresivos. Más flamenco que se sale de la norma, el de Yerai Cortés, quien por fin, tras su cancelación el año pasado por un accidente doméstico, presentará su fascinante, también visualmente, Guitarra coral.
Tarta Relena es otra formación a seguir, autoras de un disco maravilloso, És pregunta, con la voz como hilo que recorre diversas épocas de la historia musical. Por el lado más pop, en su vertiente más o menos urbana, Mushka confirmará su ascenso en el Sónar luego de triunfar en el Sant Jordi Club con un disco, Nova Bossa, en el que las influencias brasileñas y latinas marcan el guion. Alizzz será otra figura, en esta caso marcando distancias entre su trabajo como productor y como intérprete, más escorado hacia el pop indie.
Panorama nacional nocturno
En el Sónar noche destacan las presencias de Nathy Peluso, argentina afincada a caballo entre Madrid y Barcelona que en su último disco, Grasa, materia de su actuación, reafirma la tendencia de las músicas urbanas de buscar sus raíces en la música tradicional, en su caso salsa y rancheras. La gallego-catalana Cora Novoa es otro nombre destacado, en su caso por formular con música electrónica las preguntas derivadas de la convivencia de los humanos con las nuevas tecnologías y los momentos de cambio y dudas que formulan. En el festival presentará el último disco de una trilogía titulada Mental Diary Act.
No podemos olvidar a Ángel Molina, un disc jockey siempre vinculado al festival y que este año ha sido llamado a cubrir bajas. Su técnica, finura y talento garantizan sesiones impecables. Finalmente Núsar3000, uno de cuyos temas incluyó Rosalía en el Piromusical que cerró las últimas fiestas de la Mercé barcelonesa, es una figura destacada de Rusia-IDK, el sello madrileño que está alcanzando una importante repercusión internacional. Su música es otra mezcla, tanto de sonidos arabizantes como de funk carioca o jersey club (ritmo veloz de unos 120-130 bpm).
Panorama internacional diurno
Ryūichi Sakamoto fue un nombre siempre presente en el festival y su desaparición no lo va a borrar. Alva Noto, cirujano digital con quien Sakamoto ya actuó en el Sónar, y Fennesz, uno de los definidores hace décadas del clicks & cuts (el aprovechamiento artístico del error digital) homenajearán al desparecido músico japonés con el proyecto Continuun. Más carnal será la actuación de los brasileños Teto Preto, otra formación con raíces en la música de su país, que mezclan con sonido electrónicos bailables e instrumentación digital y convencional. Su tema del 2.016 Ja Deu para Sentir es un magnífico ejemplo de esta síntesis.
Otra colaboración de campanillas será la del productor Actress y la veterana Suzanne Ciani, que ya dio un estupendo concierto en el festival en 2017. Actress domina la cacharrería actual, y Suzanne es pionera en el uso de los sintetizadores modulares analógicos de los años 60 del pasado siglo. Honey Dijon, otra asidua del festival pondrá la pista en solfa aún de día a base de house y disco, mientras que Overmono, también de día con música que huele a sudor nocturno, hará lo propio en lenguaje ravero debidamente estilizado.
Panorama internacional nocturno
El festival siempre ha puesto ojos en la escena del rap, del hip-hop, del grime y de cualquier estilo de música rimada. Este año defiende el pabellón Pa Salieu, destacada figura inglesa con raíces gambianas más que perceptibles en su acento. Hace drill y grime con notas de afrobeats (pop africano), aunque su último sencillo lo une con el dúo británico de deep-house Disclosure. Al campo no se le ponen puertas. Sin embargo las figuras centrales acabarán siendo las más furiosamente bailables, caso del mano a mano entre Skrillex y Blawan, cuya música angulosa y agresiva de sonidos descuajeringados se podrá bailar como pisando un suelo de cristales rotos.
Peggy Gou, Corea del Sur produce algo más que K-Pop, propondrá un baile más amable a base de house y disco, sonidos que no presentan dificultades formales y sí mucho hedonismo. Más angulosos son Dengue Dengue Dengue, peruanos ocultos tras una máscara tribal: no es estilo musical, es que se tapan la cara. También parten de la música popular de su país en una mixtura de psicodelia, techno y cumbia en una mezcla de alto poder infeccioso nada hostil a los oídos latinos, hechos a su música de base.
El show visual que acompaña a la música para la pista tendrá tres nombres destacados: Max Cooper, Eric Pryzz con sus láseres y el dúo BICEP con un show audiovisual que el Sónar asegura será deslumbrante. Para amantes de las propuestas más reflexivas, imprevisibles y arriesgadas, Dayto Manabe, otro artista del festival que también ofreció una gran actuación en el Mutek 2024, pondrá música e imagen al servicio de un espectáculo nada convencional.
Para acabar, Richie Hawtin ha manifestado que no cancela su presencia en el festival, aunque no llega a tiempo, según ha comunicado, para ofrecer el show que tenía previsto. En cualquier caso es siempre una carta ganadora. Para finalizar el festival, baile bajo el sol del nuevo día con más house, mano a mano entre Dee Diggs y Ultra Naté (una diva de los 90).
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