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Se agranda la brecha social en la universidad: más clase alta, menos clase media

Un informe de la Xarxa Vives, que agrupa 20 campus de zonas de habla catalana, denuncia que el a la educación superior es todavía “inequitativo”, en parte debido por “un sistema de becas débil”

Universidad Pompeu Fabra
Ivanna Vallespín

Crece la brecha social en las universidades: en los últimos tres años, aumentan los alumnos de clase alta, a costa de un descenso de la clase media, es una de las conclusiones que recoge el informe Via universitaria, que realiza cada cuatro años la Xarxa Vives, formada por 22 universidades públicas y privadas del ámbito de influencia de la lengua catalana (Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares, Andorra o sur de Francia). Los responsables del informe iten que todavía el a la universidad es “inequitativo” y piden reforzar el sistema de becas y ayudas, ya que el actual es “débil”.

El informe, elaborado entre 2023 y 2025 a partir de entrevistas a 45.000 estudiantes de los diferentes campus que forman la organización, destaca que la clase social alta (con progenitores con estudios superiores y profesiones altamente cualificadas) continúa siendo predominante tanto en grados como en máster” y representa más de la mitad del alumnado. Este colectivo ha ganado terreno en los últimos cuatro años, y ha pasado del 58,5% al 62% en los grados, mientras que se mantiene estable en el 61% en los másteres. Esta subida se produce a costa de un retroceso en la clase media, que pasa del 32,5 al 29%, mientras que los alumnos de clase baja se mantienen en una representación testimonial del 9%. “El a la universidad continúa siendo inequitativo”, ha aseverado Ernest Pons, profesor titular de Economía de la UB y unos de los directores del informe, que este año llega a su cuarta edición. Con todo, Pons se ha mostrado prudente y ha achacado este aumento de la clase alta al hecho de que “cada vez hay más gente con estudios superiores”

Coincidiendo con las conclusiones del estudio presentado por la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña (AQU, por sus siglas en catalán) hace un mes, los alumnos con un entorno familiar con un nivel formativo bajo optan por carreras como las Ciencias Sociales y las Humanidades, que pueden finalizar más rápidamente para encontrar trabajo, pero a la vez, con salidas profesionales más precarizadas. En cambio, los de clase alta optan por Medicina o una ingeniería. “La condición social continúa condicionando el a la universidad y la elección de estudios”, ha afirmado Pons.

En inequidad de la universidad, tampoco ayuda un “sistema de becas y ayuda muy débil”, apunta el informe, que llega al 16% de los alumnos, medio punto menos que en la anterior edición. Precisamente, la falta de recursos económicos es la principal causa que empuja a los estudiantes a abandonar los estudios (un 16% de los casos), seguido del desagrado con la carrera elegida (15%).

La necesidad de lograr ingresos se traduce en que cada vez hay más alumnos que compaginan estudios y trabajo durante el curso escolar; en concreto, un 26%, nueve puntos más que en 2021. Asimismo, solo la mitad de estudiantes se dedica exclusivamente a la carrera, mientras que el 23% restante trabaja de forma esporádica.

El estudio también destaca que todavía queda camino para acabar con la brecha de género. Las chicas representan el 63% del total de alumnado, pero no están distribuidas de forma equitativa entre las ramas de estudio; en concreto, se orientan principalmente a carreras relacionadas con las curas, las artes o la educación. En cambio, los chicos optan por “estudios vinculados a posiciones de poder y toma de decisiones”, como las ingenierías, Economía o Tecnología, detalla el informe.

Los responsables del informe se muestran especialmente preocupados por la poca dedicación que los alumnos dedican a los estudios, que es de 22,8 horas por crédito universitario, por debajo de las 25-30 horas fijadas como estándar en el espacio europeo de educación superior (EEES). Además, esta cifra es menor que hace cuatro años, mientras que aumenta el tiempo destinado al trabajo o las aficiones. “Esta reducción plantea retos importantes para la calidad del aprendizaje”, asegura el informe, que no da una explicación concisa de este descenso, pero sí apunta a que podría estar relacionado con los cambios en la presencialidad, el uso de metodologías docentes o la conciliación de estudios y otras responsabilidades.

Asimismo, se mantiene la baja participación de los alumnos en los órganos de la universidad o asociaciones: un 80% asegura una nula implicación y solo participa activamente alrededor del 6%. “Es necesario fomentar los mecanismos de participación más activos y vinculantes, que permitan a los estudiantes implicarse en las políticas universitarias”, propone el informe.

Cambios en las pedagogías

La pandemia de hace cinco años dio un vuelco a la enseñanza universitaria y se impuso el aprendizaje online, pero también forzó una transformación de métodos tradicionales (clases magistrales) hacia otros más activos (trabajos en grupo, evaluación continua…). Los alumnos encuestados de mayor edad en el estudio confiesan ser más partidarios de los primeros. Y en cuanto a la evaluación, las opciones mejor valoradas son los trabajos individuales y la evaluación continua, en contra de los exámenes y la evaluación entre compañeros. “Todo hace pensar que nos encontramos ante unas generaciones más críticas con la enseñanza que reciben y que valoran más el aprendizaje activo”, destaca el informe.

La pandemia dejó otros efectos, en este caso más negativos, como es el caso de los problemas de salud mental. En esta edición, uno de cada cuatro alumnos ite padecer ansiedad o depresión. “Ha bajado el porcentaje de la depresión en tres puntos, pero la ansiedad sube en tres puntos. La magnitud del problema todavía es importante y los profesores tienen que saber lo que tienen en las aulas y los problemas que arrastran los alumnos”, ha defendido Ramon Llopis, catedrático de Sociología de la Universidad de Valencia.

Las propuestas

El informe recoge una lista con una decena de propuestas, entre ellas, fomentar el sistema de becas, crear itinerarios más flexibles con horarios diversificados (para facilitar combinar estudios con trabajo u otras actividades), reducir la presencialidad, mejorar los procesos de aprendizaje para adaptarlos a las necesidades de los estudiantes y desarrollar políticas para atraer alumnas a carreras muy masculinizadas, y viceversa.

“La encuesta nos debe servir de instrumento para generar políticas basadas en la equidad para que los estudiantes puedan acceder a la educación superior”, ha incidido Anna Prades, responsable del área de internacionalización de la AQU.

Desajuste en el sistema de becas

“El sistema de becas universitarias no se ajusta a la realidad socioeconómica, ya que los umbrales de renda existentes dejan fuera algunos hogares en situación de pobreza, y además el importe de la ayuda no cubre el coste que supone estudiar”. Así de contundente se muestra la Sindicatura de Cuentas en su informe 4/2025 en el que analiza este sistema de becas. El organismo fiscalizador también destaca que la información que ofrece la Generalitat y las universidades sobre estas ayudas “no es sistemática ni completa”.

Además, se producen desajustes en el proceso de concesión de las becas, ya que los calendarios actuales no permiten que el alumno sepa si recibirá la ayuda ni la cantidad antes de matricularse. Y cuando llega, lo hace tarde: “Tampoco permite que el alumno reciba la beca en los plazos adecuados para cubrir sus necesidades”, incide la Sindicatura, que pide a la istración que agilice los plazos y diseñe un sistema de ayudas adecuado, además de crear un portal web con información clara.

En el curso 2022-23, un total de 28.777 alumnos de las universidades presenciales recibieron una beca del Ministerio de Educación, con un importe total de 84 millones, mientras que 5.956 estudiantes recibieron una beca Equitat (Generalitat), que básicamente son alumnos a los que se les ha denegado la beca estatal.

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Sobre la firma

Ivanna Vallespín
Redactora focalizada en Educación desde 2012, con pinceladas también en Política, Derechos Sociales y ElPais.cat. Anteriormente, en medios locales escritos, radio y televisión.
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